Conocemos cómo ha llevado Ariadna Pérez Lertxundi el confinamiento a causa del Covid-19. La tenista de la AD San Juan – DKE es la actual nº1 de Navarra en categoría absoluta y júnior. Además, es campeona de Navarra Júnior 2020, campeona Máster Circuito Navarro Junior «Intersport Irabia-Dunlop», subcampeona Navarra Absoluta de dobles y subcampeona del Circuito Nacional Marca Jóvenes Promesas Las Palmas.
¿Cómo has vivido estos estos dos meses de confinamiento? ¿Cuál ha sido tu rutina de entrenamiento? ¿A partir de ahora cuál va a ser?
«Al principio parecía que nunca iba a acabar y los días eran largos. Al final, este año estaba acostumbrada a un ritmo muy alto porque estoy en 2º de Bachillerato y compaginarlo con el tenis no da mucho tiempo libre. Pero conforme los días pasaron fui adquiriendo una rutina y al final, se me ha pasado rápido. Además con la compañía de mi familia es todo mucho más fácil. Mis preparadores físicos de Zentrum me mandaban dos entrenamientos a la semana y los iba repitiendo durante la semana, al final estuve haciendo cuatro/cinco días de físico más un poco de bici estática cada día. Mi rutina de entrenamiento ahora que se puede correr, es repetir dos días los dos entrenamientos que me manda Zentrum a la semana, y los tres días que sobran, salgo a correr. El primer día me costó volver a correr pero poco a poco, me voy sintiendo mejor».
¿Qué reto te planteas ahora?
«Lo primero que quiero hacer es volver a las pistas lo antes posible. Ahora mismo, tras haber firmado ya para ir a Southeastern Louisiana University para seguir jugando a tenis, una de las cosas que más me preocupa es poder ir en buena forma. Además, en principio, el campeonato de España individual y por equipos será en agosto, así que espero llegar con mi mejor tenis. También hay algunos torneos en verano en los que me gustaría volver a competir pero todavía no sabemos cómo volveremos a competir. Es importante, no solo entrenar, sino también verte como lo estás haciendo en los partidos y volver a coger confianza en mi juego».
¿Qué ha sido más difíl, mantener el estado físico o el anímico?
«El anímico sin duda. Soy una persona muy familiar, y al final antes prácticamente todos los días veía a mis abuelos y de un día para otro, sin esperarlo, ya no los podía ver. Creo que se cansaron de mí de tanto decirles que ni se les ocurriese tocar la calle, pero bueno, lo importante para mí es que están sanos. Además, ahora como podemos correr, algún día me planto debajo de su balcón, y aunque no pueda darles un abrazo, podemos vernos un poco. Lo bueno es que, gracias a las videollamadas, es más fácil mantener el contacto. Eso ha sido lo más duro y también no poder tener unos objetivos claros ni en el colegio ni en el tenis. Sobretodo al principio, porque no se sabía nada de cuánto iba a durar, cómo se iban a hacer los exámenes, selectividad…»
«También fue duro porque este 2020 estaba siendo muy bueno, porque había ganado el Campeonato Navarro Junior la semana previa al parón por el coronavirus y también había llegado a colocarme la número 1 de Navarra a nivel absoluto; así que dio rabia que todo se parase. Pero, cuando podamos volver, intentaré estar al mejor nivel posible para así seguir el año de forma ascendente».
De cara a la próxima temporada, ¿qué es lo que esperas?
«La próxima temporada, si todo está bien, estaré en Louisiana, Estados Unidos, con una beca deportiva, así que, espero estar bien integrada con mi equipo y seguir aprendiendo con un nuevo entrenador, nuevas compañeras de entrenamiento… El primer año en Estados Unidos es complicado porque hay mucho nivel tenístico y muchas jugadoras ya han madurado tenísticamente porque tienen ya 21/22 años así que espero poder mejorar lo máximo posible y así poder aportar puntos al equipo. Y luego me gustaría poder competir en torneos nacionales cuando vuelva en verano, y si todo va bien, probar algún ITF, que es el primer escalón de los torneos internacionales absolutos».