No pudo ser. El Granada CF accedió a la siguiente fase de la Copa del Rey al imponerse por 2-0 a la AD San Juan que combatió con sus armas, que demostró el buen fútbol que atesora en sus botas pero al que le pesó haber concedido un gol en el minuto 1 de partido.
Salió con esa determinación que le caracteriza al equipo de Diego Martínez ante el conjunto de Bebeto, que para cuando quiso darse cuenta ya perdía 0-1. Kenedy remató bien un balón al espacio que ganó por potencia para batir a Tasio.
Con el paso de los minutos, el equipo verderón fue ganando peso en el partido y avanzó metros. Dispuso de la posesión de la pelota pero el Granada bien armado no pasó excesivos apuros salvo en un balón parado.
En esas andaba el encuentro, cuando en otra jugada de tiralíneas el veterano Jorge Molina apareció para establecer el 0-2, a la postre definitivo. Con el marcador a favor, el Granada dejó hacer al San Juan, que no le perdió la cara al partido y estuvo a punto de volver a meterse de lleno.
Un remate de Eneko Ezkurra al filo del descanso llevó el ¡uy! a la grada, que por vez primera y desde el inicio de la pandemia pudo albergar público, al estrellarse la pelota en el travesaño.
GRAN SEGUNDA PARTE SIN PREMIO PARA SAN JUAN
Salió fuerte el Granada a la segunda parte e intentó meterle una marcha más al partido. Un disparo lejano fue la acción más imponente de los de Diego Martínez. Conforme fueron pasando los minutos, San Juan fue ganando metros y monopolizando la posesión de la pelota.
Por su parte, los de Diego Martínez volvieron a tener otro acercamiento con lanzamiento de Azeez desde la frontal. Las ocasiones más claras fueron los verdes. Una buena acción de Iriguibel por banda rematada por Lalinde se topó con Germán cuando la pelota se colaba. Y posteriormente, dos buenas acciones de Arbeloa finalizaron con dos buenas intervenciones de Aaron.
Fue una auténtica fiesta, con los juveniles y cadetes en las gradas, con el desempeño realizado y llevado a cabo tanto por la Agrupación como por la sección de fútbol en concreto. Sin duda, fue un día grande para San Juan al que le faltó la guinda final del pastel.