Encuentro muy disputado en la tarde del sábado ante el Ciudad de Guadalajara. El partido comenzó con un San Juan muy enchufado y en los primeros minutos desaprovecharon tres oportunidades muy claras para hacer gol. A medida que transcurría el partido los alcarreños dormían el partido, lo que hacía ver un juego más lento, en el que las ocasiones llegaban en forma de estrategia. Quitando una ocasión clarísima de Guille, que optaba por una vaselina que el portero la desbarató sin problemas, a tan solo 30 segundos para el descanso otra perdida local supuso una contra y Pablo hizo el 0-1, marcador con el que se llegaba al descanso.
La segunda mitad empezaba igual. San Juan muy fuerte y Guadalajara jugando muy directo. En el minuto 25 un tiro exterior de Guille hizo que el balón golpease en Asier y entrase a gol, logrando así el empate. Un minuto más tarde, un buen pase de Pulido lo recogió Tore, que en boca de gol lograba dar la vuelta al marcador (2-1). Entonces llegaban los mejores minutos de los verdes pero no lograban marcar el tercero. Por su parte los morados no se arrugaban y buscaban el empate con sus mejores hombres. San Juan se cargó de faltas, algunas de ellas innecesarias y discutibles. Fruto de ello y de doble penalti, los alamancos lograron el empate, pero dos minutos más tarde, Guille de penalti subía el 3-2. A partir de ahí portero jugador visitantes, donde San Juan supo defender bien, dejando la única opción del disparo exterior, donde Txoro se sentía cómodo.
Con el 3-2 se llegaría al final. Tres puntos sufridos que saben a gloria. San Juan sigue segundo en la clasificación en esta fase tan apretada en el que tan solo quedan tres jornadas.
Así analizaba el partido Iker Bizkai, técnico de San Juan: «Veníamos con ganas de resarcirnos. Hemos salido fuertes, dispuestos a llevarnos la victoria. Hemos perdonado y casi lo pagamos. Ellos saben a lo que juegan y tanto de juego directo o con sus unos contra unos te van metiendo atrás y sufres. Se les ha puesto el partido de cara con nuestro error, pero nos hemos levantado hasta dos veces. A estos chicos cuando se les da por muertos, sacan lo mejor de si. Estoy orgulloso de todos ellos y les doy las gracias públicamente. Hacen un esfuerzo increíble día a día y están luchando entre los mejores. Sinceramente, para nosotros es un premio meternos arriba. Llevamos todo el año ahí, sí, pero eso no quiere decir que seamos favoritos aunque todo el mundo hable. Somos conscientes de lo que somos y desde el trabajo y la humildad queremos conseguir ese trozo del pastel que se reparte entre los mejores».