Conocemos a Alexander Hasenburg, componente del equipo de Natación Artística de la Agrupación Deportiva San Juan – Donibane Kirol Elkartea. Tiene 18 años y según relata al medio oficial del club, después de hacer natación durante muchos años decidió apuntarse a la Sincronizada al ver que su hermana también la practicaba en otro club. «Le veía a ella y yo le copiaba, hasta que al final me apunté», afirma tras siete años compitiendo en esta modalidad, pues comenzó a los once.
Sobre su estancia en la Agrupación, dice estar «muy contento. En San Juan me han acogido muy bien», añade. «Cuando uno empieza siempre cuesta un poco, pero de entonces a ahora han cambiado un poco las normas y aquí en San Juan estoy aprendiendo a hacer nuevos movimientos que antes no sabía hacer, para meterlos en las nuevas rutinas. Las compañeras me dicen que lo hago muy bien, han sido muy majas conmigo y me han acogido muy bien».
Preguntado por su entrenadora, Isis Mínguez, comenta que ya la conocía de antes en otro club y se siente muy afortunado por poder seguir trabajando con ella.
En cuanto a la Natación Artística dice ser «un deporte muy completo, en el que tienes que nadar, aguantar la respiración, hacer movimientos muy rápidos», y aunque «al principio cuesta, luego ya le coges el tranquillo. Lo intentas y van saliendo los movimientos con mucha repetición y entrenamiento», explica. Alexander Hasenburg entrena dos horas semanales con el equipo, pero luego le añade entrenamientos por su cuenta para practicar los Dúos y los Solos. Considera que lo más complicado de hacer son las figuras, que es cuando están metidos en el agua boca abajo. «Algunos movimientos son muy rápidos y conllevan mucha dificultad, además hay que aguantar la respiración mientras que los haces. Eso cuesta un poco… En un equipo siempre se disimulan más los fallos y estás más arropado por tus compañeras», dice a preguntas del club.
Respecto a los objetivos que se marca, pone el foco en el próximo Campeonato de Euskalerria y tras su reciente participación en el Campeonato Navarro en Guelbenzu, explicaba haberse sentido «bastante bien. Era la primera vez que hacía un Solo en mi vida y me sentí bastante bien, con buenas sensaciones».